- El equipo miñoto recibe al Antalya Konyaalti en el primer partido de la final de la Copa Europea este domingo (20:00, TVG2)
- El Mecalia buscará un buen resultado para ir a Turquía con las máximas garantías la próxima semana
- En juego está el primer título continental de la historia del balonmano en Galicia
- Salvo las lesionadas de larga duración Ángela Nieto y Júlia Nuez, todas las jugadoras están disponibles para competir
Fueron muchos meses de ardua navegación, varios de ellos sin pasar nunca por casa. Dificultades, contratiempos, sinsabores. Una serie de problemas lastraron al barco del Mecalia Atlético Guardés en su travesía. Pero la tripulación supo reponerse y darle la vuelta la situación. Por eso, ahora encara el último tramo de la singladura, con la tierra ya a la vista y la posibilidad de hacer historia al alcance de la mano. El equipo miñoto disputa con el Antalya Konyaalti el título de campeón de la Copa Europea. Y lo hace empezando por el partido de ida, que este domingo se disputa en A Sangriña a partir de las 20:00 horas.
Porque esta final se juega en dos actos y aunque todo el mundo habría preferido que la resolución fuese en O Inferno, el Guardés tratará de aprovecharse de la fortaleza de su hogar para dar la primera dentellada al título. Esa es la idea. Viajar a Turquía con un buen resultado es el objetivo primordial de un equipo que hizo un gran esfuerzo en la Copa de la Reina, pero que ya está plenamente recuperado de cara al reto de la final. De hecho, Daniela Moreno no forzó en el torneo del KO para poder competir con seguridad contra las turcas. La madrileña sufrió una microrrotura en un músculo abdominal que ya está olvidada. Será una opción más para Ana Seabra este domingo. Igual que todas sus compañeras, a excepción de Júlia Nuez y Ángela Nieto, lesionadas de larga duración.
La entrenadora portuguesa necesitará de todo su potencial para medirse a un equipo duro y complicado, como no puede ser de otro modo cuando se habla de una final. El Konyaalti llegó hasta aquí por méritos propios y en el camino dejó a equipos tan potentes como el Benfica o el Izmir. Cierto es que sufrió en semifinales para pasar contra el Iuventa eslovaco, al que ganó por siete en la ida en Turquía y contra el que perdió por seis en la vuelta. Un lanzamiento de siete metros fallado por las eslovacas habría llevado la eliminatoria a la tanda de penaltis.
Sea como fuere, el equipo de la ciudad sureña de Antalya está en la final. Y tiene argumentos suficientes como para complicarle la vida a cualquiera, con un buen número de jugadoras internacionales -muchas de ellas turcas-. Su arma más destacada es la rusa Alena Ikhneva, con experiencia en Champions. De hecho, cuando era muy joven, militó en el poderoso Vardar de Macedonia, en el que coincidió con la legendaria pivote viguesa Begoña Fernández.
Para afrontar con plenas garantías el reto, el Guardés contará con su mejor arma. A Sangriña se va a llenar para llevar en volandas a su equipo al tiempo que disfruta de un magnífico espectáculo deportivo y también de luces y color, con varios artificios lumínicos dispuestos a los largo del partido. Importante para que el equipo miñoto vea mejor lo que tiene delante. La oportunidad de hacer historia está al alcance de la mano. La tierra está a la vista.